lunes, septiembre 04, 2006

Y el Hombre sonrió

(La Nación esbozo de país penaba,
entre cielo y tierra la luz se asomaba)

El fué la cabeza, ella la corona,
la razón el hombre, la mujer la gloria.

El, rico hacendado, buen mozo, instruído.
Ella, sólo al verlo, selló su destino.

El, sabiduría, ella puro instinto,
puso la argamasa, él forjó el ladrillo.

El condujo al hombre por mejor camino,
amparaba ella a la madre y al niño.

(Dar sin conducir produce discordias,
conducir sin dar, pura demagogia)

Rompieron cadenas, vencieron prejuicios,
ganaron batallas sin un sólo tiro.

Y tras las fronteras las manos amigas
buscaron refugio, las manos latinas.

El ojo avaricioso, vigila, vigila:
¿A dónde pretende llegar la Argentina?

Entre cielo y tierra verdad y mentiras,
crecieron perversas alianzas bandidas.

¿Borrará el injusto tanta maravilla?
¿Llorarán los justos la fuerza perdida?

(Ella subió al cielo, El se proscribía,
que no haya mas muertes, por eso se iba)

Y quedó la historia de tanta bonanza
de cuando en la Patria brilló la esperanza.

(Futuras verdades predicen las veinte:
quien no da trabajo seguro que miente)

Se fueron. Nos queda la historia vivida
y tanta enseñanza en carne aprendida.

(Domina el que puede, es libre el que quiere,
roba el codicioso, y no quien menos tiene)

El fue conductor. Ella el corazón.
La razón el Hombre. La Mujer la gloria.
Y toda la historia guardará memoria,
del tiempo en que Dios hacia el Sur miró.

Y el Hombre sonrió. Y el Hombre sonrió.


Alicia Schiavoni