sábado, octubre 14, 2006

La niña soltera

Va detrás de un sueño. Lo piensa de día,
de noche lo sueña, lo cuenta a una amiga,
"quiero un compañero, buenito, bonito,
que me dé seis hijos con esos ojitos".

Y por la mañana parte hacia el trabajo
a planchar la ropa, a lavar los baños.
Lleva el pelo atado, la cara lavada
y toda la energía puesta en las pisadas.

Entra por la puerta que da a la cocina
pues la principal le está prohibida.

Toda porcelana, alfombra, opulencia,
solita y su alma sin otra presencia,
y al final del día cierra la jornada,
sobre una repisa se dejó su paga.

Vuelve al monoambiente, las piernas le pesan
mañana es su franco, limpiará la pieza.

Pondrá un mantelito, tenderá la cama
pasará la escoba, lustrará la pava,
y tomando mate verá la novela
donde besa la mala y llora la buena.

Y sueña su siesta del hombre bonito
del buen compañero, rodeada de hijitos
sueña que le toma las manos ajadas,
le acaricia el pelo, le besa la cara.

Así pasa los años la niña soltera,
con cuarenta inviernos, ni una primavera,
y cuando se duerme, no sabe, no sabe,
que en su monoambiente descienden los angeles.

Que Dios no se olvida que quiere ser madre
y atento le envía hijos celestiales.
Que en los cielos hay pequeños que esperan,
saber lo que es la ternura materna.

Si eres una niña soltera, recuerda:
nadie está tan sólo con alma tan buena.


Alicia Schiavoni

(En memoria de "La Alemana", que limpió y cuidó hijos ajenos, y que cuando los huesos le impedieron seguir viviendo para otros, fue lanzada a la calle. Lejos de su familia que quedó en Europa, vieja y gastada, fue a parar a una plaza, la de "La Misericordia", donde terminó su vida).